
Descubrirme como una Persona Altamente Sensible cambió mi vida. Aún recuerdo cuando encontré un artículo en un blog sobre las personas altamente sensibles. Encontrarlo fue el leño del cual me así para salir del torbellino de síntomas y emociones en las que me encontraba.
Desde pequeña me sentí fuera de órbita, como si perteneciera a otro planeta y no formara parte de la tribu a la que pertenezco. Siempre me vi como una extraña torturada por los acontecimientos reales o imaginarios que me rebasaban, me sentía diferente a los demás por ser tan sensible, emotiva y vulnerable. Recibí burlas, regaños y críticas por ser “…siempre tan exagerada, tan sensible, tan emotiva, tan susceptible"… lo cual me llevó a creer que era inaceptable por lo cual la mayor parte de mi infancia y adolescencia me refugiaba en la lectura y la escritura.
Escribir fue la ruta de escape. Se convirtió en mi refugio para poder expresar todo aquello que aprendí a callar para no sentirme criticada y juzgada. Aprendí a ser complaciente. Creí que era la manera correcta para que la gente me amara y aceptara y dejé de lado mis necesidades convencida que ser así de sensible, era inaceptable, lo cual había que esconder, anular o reprimir a como diera lugar. Con el tiempo, dejé de ser una mujer vital, me quedé sin fuerzas, y me transformé en un cadáver viviente. Me sentía totalmente rechazada por la vida. Dejé de escribir. Almacené mis ideas y emociones en un bloque de hielo mental hasta caer enferma. Me sentía aterrada, asustada y sola. El desequilibrio físico, emocional y energético – que ahora sé era la sobre-estimulación de tantos años desbordada- se materializó cómo una enfermedad auto-inmune que amenazó mi salud y calidad de vida.
Al ir leyendo más sobre las personas altamente sensibles, me di cuenta de que no era la única en el mundo que se sentía sí, que había otros tantos millones de personas y por primera vez sentí que encajaba en un lugar. Que pertenecía a un grupo. Me inscribí a numerosos grupos de Facebook y dejé de sentirme como el patito feo en el corral de las gallinas. Ese fue el principio para poder rescatarme y transformar esos dolorosos eventos en cenizas. Comencé a leer toda la información que encontré en el Internet y leí el libro de “El don de la alta sensibilidad” de la Dra. Elaine Aron.
Eso marcó la diferencia. Después de leerlo entendí quién era y porque era cómo era. Pude comenzar a verme como una persona normal, entender que significa tener este rasgo de alta sensibilidad y dejé de criticarme y odiarme por ser como
era y comencé a reinventarme. Empecé a trabajar conmigo misma en mi completa aceptación y desde entonces le he ido dando un nuevo cariz a mi vida y al mundo que me rodea. Aprendí a observarme y escuchar los mensajes de mi cuerpo, me llené de toda la información posible y contacté directamente con la Dra. Elaine y le propuse me permitiera traducir su sitio http://hsperson.com al español.
Así nació el centro de información para personas Altamente Sensibles de Latinoamérica (paslatino.net, que fue hackeado) con información relevante y fidedigna de los artículos de la Dra. Elaine Aron y el Dr. Ted Zeff quién se especializa en el rasgo altamente sensible en los niños y el hombre.
Esta nueva información, ha transformado mis elecciones deshaciendo toda esa basura negativa atrapada y he dejado de revolcarme en mi auto-conmiseración, lo que ha ido liberando mi verdadera esencia y sanando mi cuerpo. Poder contemplarme ahora como una persona altamente sensible, reconociendo mis dones y sabiendo cómo gestionarme para evitar la sobre-estimulación, me ha permitido establecer límites y tener una nueva mirada sobre mí y el mundo que me rodea.
Hoy me siento feliz de ser así.
*Nota: He extraído algunos párrafos de mi libro. “Mi historia, la cuento Yo”,
Editorial Bubok, 2015