En buena compañía

Hace tiempo me cansé
de ser mi peor enemiga.
De herirme con mis palabras.
De creerme mis propias mentiras.
De dejar que el miedo llevase
el rumbo de mi vida.
Me cansé de esperar milagros
mientras no me movía.
De quedarme paralizada
si no encontraba la salida.
Estaba harta de sabotearme,
de ponerme zancadillas.
De ver fuera enemigos
para escapar de mí misma.
De negar mis emociones,
borrar experiencias y heridas.
Taparlas con falsa seguridad
cubrirme de hipocresía.
De depender de los demás
para mí propia alegría.
De esperar que me aceptaran
quienes ni me conocían.
De tener miedo a lo oscuro
que habitaba en mis enigmas.
De ignorar todas las sombras
que hacían crecer los estigmas.
De sentirme avergonzada
de ser un alma perdida.
De culparme por andar más despacio
que lo que el mundo exigía.

__

Decidí ser entonces
mi mejor amiga.
Regalarme tiempo, paciencia,
para cerrar las heridas.
Dejar de insultarme,
decirme palabras bonitas.
“Tú puedes . Tú lo vales.
Aquí estoy si me necesitas.”
Tener compasión conmigo
cuando el camino se torcía.
Hacer con la comprensión
un amuleto contra mi envidia.
Cuidar lo que pensaba,
no negar lo que sentía.
Escucharme especialmente
cuando nadie más lo hacía
No juzgarme ni condenarme.
Dejar de meterme prisa.
Hacer las paces con el espejo,
contemplarme con una sonrisa.
Acunar todos mis sueños
no solo cuando dormía.
Fabricar un paraguas de colores
para cuando llovía.
Una varita mágica
para hechizar lo que dolía.
Aceptarme completamente
con mis penas y mis risas.
Empezar a caminar
sin esa soledad vacía.
Y poder estar a mi lado
en buena compañía.

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Ilustración de Cami Dobrin:

https://www.instagram.com/cami.dobrin/?hl=es

Isabel Sanchez Planelles
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