La paciencia emocional

 

 Lo más normal es que una persona PAS se pueda sentir desbordada por sus emociones, retenerlas no es una tarea fácil, aunque llevemos toda la vida practicando para no desentonar o parecer exagerados. 

 

   Ocultar las emociones no significa no sentirlas, solo se las escondemos a nuestro entorno. No darles espacio significa retenerlas y acumularlas, lo que a la larga provoca terribles situaciones. 

    

Como, por ejemplo, tener enfados desproporcionados, decepciones profundas o que un pequeño obstáculo nos haga desbordar y soltar todo el lastre emocional retenido durante semanas. 

    No podemos evitar sentir, y no podemos aprender a no hacerlo, no es un proceso consciente que podamos manejar. Podemos conocernos, saber cómo nos afectan las cosas, encontrar formas de redirigir emociones, buscar espacios donde poder liberarlas, verbalizarlas …
   Las personas PAS solemos retener las emociones para evitar conflictos, las desmerecemos quitándoles importancia para no sentirnos mal. Pensamos de forma intensa y durante horas sobre lo que nos puede ocasionar un desacuerdo, buscamos soluciones a situaciones que quizá no han sucedido todavía. Todos estos procesos mentales requieren mucha energía por nuestra parte y nos agotan. 
   A menudo cuando nos proponemos tratar con alguien un problema cotidiano o alguna preocupación, seguramente ya hemos barajado hasta las posibles respuestas que nos ofrecerá esa persona. Nuestra cabeza se adelanta, es algo que no podemos evitar porque a mayor número de estímulos recibimos, mayor carga de procesos mentales y mayores conclusiones alcanzamos.
   En ocasiones acertamos, y eso nos da la confianza como para creer ciegamente en nuestras intuiciones sobre las personas, las situaciones que podemos vivir, los resultados que obtendremos, o los propios miedos. Pero estas pueden fallar, evidentemente no podemos controlarlo todo ni adivinar el futuro.
   Esa confianza errónea, sumada a creer que ya sabemos el resultado de lo que puede suceder, hace que en ocasiones no seamos respetuosos con la opinión de los demás, que no respetemos sus tiempos y sus procesos para reflexionar. Que perdamos rápidamente la paciencia y generemos un conflicto con las personas que nos rodean. 
Los procesos de una PAS no son los que la mayoría de la gente hace, según los estudios son solo un 15-20% de la población. La rapidez emocional y mental, la gestión de conflictos, la intensidad, la sensibilidad y la sobre-activación… no son rasgos que posea todo el mundo y tampoco todas la PAS en el mismo grado.
   Es bueno ser consciente que no todos tenemos la misma forma de discurrir, ni la misma rapidez, y en el caso de las personas PAS tampoco con la misma intensidad. Es importante para las PAS desarrollar paciencia en el campo de nuestras emociones e intuiciones, dar tiempo para que las cosas ocurran, respetar los procesos y los tiempos de los demás.
   Dar nuestra opinión sobre lo que pensamos o percibimos sobre otras personas en el momento equivocado, sin respetar los tiempos o necesidades de estas, puede ocasionar que generemos conflictos y que seamos mal entendidos. Ser conscientes o empáticos no nos da el derecho de decirles a los demás lo que creemos que deberían hacer.
   En resumen, no enfadarnos ni decepcionarnos rápidamente si no somos comprendidos. Lo más probable es que el grado de implicación, tiempo o intensidad que las PAS dedican a una idea no se acerque en la mayoría de los casos al de una persona no PAS en un primer momento. 


Jordi Casas G.

Artículo originalmente escrito en: https://sensiblex.blogspot.com/2019/08/la-paciencia-emocional.html

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