Cómo ir de corazón en esta jungla llamada mundo (sin hacerse daño)


Sí, se puede ir de corazón en este mundo. Sólo hace falta saber cómo, cuándo y con quién.

Cómo – con prudencia

Cuándo – si estás en una época flojita, protégete especialmente (y cuida de ti especialmente)

Con quién – a no ser que sepas que tienes muy buena intuición con las personas y estés fuerte, tómate tu tiempo para conocer a las personas antes de ‘darles partes de ti’. De compartir según qué y entregar según qué. Si ya has aprendido a discernir lo que dar y no dar y a quién, de forma más o menos rápida, sé libre y haz lo que te dé la gana.

Por qué es importante para las personas altamente sensibles ir de corazón

Las personas altamente sensibles, mayoritariamente, nos sentimos libres cuando hacemos lo que SENTIMOS. La mayoría de nosotros se mueve principalmente en el terreno emocional y, a partir de éste, puede tener una segunda tendencia más mental o de acción. En diferencia a otros perfiles, mucho más lógicos o ligados al pensar, o mucho más activos y ligados al hacer; solemos partir de sensaciones, emociones, intuiciones, sentimientos y pensar y obrar a partir de aquí. Es nuestra forma de hacer, no es ni mejor ni peor que cualquier otra. Pero para nosotros, estar alineados suele partir de una sensación o una emoción.

El corazón como consciencia

De todas formas, ir de corazón no es hacer sin pensar lo que uno siente en cada momento. El ‘corazón’ suele ser un punto de encuentro entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, cuando actuamos de corazón es cuando todo ello coincide y es tu responsabilidad descubrir qué significa para ti estar alineado y actuar de corazón.

El corazón como calidad humana

También podemos entender el corazón como calidad humana. Hay mucha gente buena que va de ‘corazón’ en este mundo; en esta frase equiparo corazón a bondad, integridad, calidad humana. Esto no tiene nada que ver con ser PAS o no ser PAS; tiene que ver con la calidad humana de la persona.

Sí, se puede ir de corazón en este mundo, aunque muchas veces, parezca o sea realmente una jungla. Sólo que hay que ir con un poquito de prudencia, cuidar de uno mismo, ejercer tu intuición y tener claro, en cada momento, qué parte de ti quieres o no quieres mostrar o dar.

Estas son algunas de las pautas que me ayudan a mí:

Confía, pero con prudencia
Ves conociendo a las personas poco a poco. Lleva su tiempo (bastante tiempo) conocer bien a alguien. Cuando tu intuición funciona, normalmente tu primera impresión, y primeras impresiones, serán acertadas. Pero aun así, date tiempo.

Si la intuición no te funciona tanto cuando se trata de ‘reconocer’ a personas, compara lo que sientes hacia esa persona, con la información ‘objetiva’ que te llega de ella. Esto es muy práctico, por ejemplo, cuando empiezas una relación de pareja, o empiezas a crear un vínculo fuerte de amistad con alguien. En el caso de una pareja: imagínate que te gusta alguien, y te hace sentir ‘x’ o ‘y’. Vale, por un lado está lo que sientes. En base a lo que sientes, te ‘imaginas’ cosas de esa persona, rellenas los huecos que no conoces que, al principio, són prácticamente todos. A parte de lo que sientes y lo que imaginas, está lo que ‘sabes’ realmente de ella. Por ejemplo: ¿Qué vida ha tenido hasta entonces? ¿Cuál es su rutina? ¿Cómo te habla de sus amigos o el resto de personas que le rodean? ¿Cómo te habla de sus ex u otras personas que han sido importantes en su vida? Un amigo me dijo una vez, que conocerás más a las personas por cómo hablan de los demás, que por cómo los demás hablan de ellas. Y es cierto.

A la vez que confías, sé precavido – De nuevo, no se trata de ir por el mundo con miedo. Se trata de ser prudente. Alguien me dijo hace tiempo que, habría gente a la que enseñarías y darías parte de tu corazón, y lo cogerían entre sus manos con cariño y te lo devolverían intacto; y que, en cambio, habría otras personas que lo cogerían entre sus manos y te lo devolverían hecho trizas.

Reconoce los entornos (y las personas) que son para ti
Esto tiene que ver con la intuición, con algo que va más allá de lo que puedas razonar. Simplemente, hay personas que desde las primeras veces que las ves, te hacen sentir bien. Hay algo en ellas de familiar, de hogareño, de agradable. Otras te hacen dudar, o desconfiar. Otras te hacen sentir cansado, como que te quedas sin energía vital. Ves agilizando el músculo de la intuición con las personas.

No hagas por nadie ni más ni menos de lo que te apetezca hacer
No estás obligado a hacer nada por nadie. Salvo que tengas personas a tu cargo, como hijos, familiares enfermos u otros casos excepcionales en los que está afirmación no sería adecuada; haz por los demás únicamente lo que quieras, lo que te salga de dentro en cada momento. Conecta contigo y decide que es lo que quieres o no ofrecerle a una persona. De esta manera actuarás desde tu libertad personal y te acercarás a las personas desde una perspectiva de amor y de abundancia, vs. una de miedo y de carencia.

Lo que liga con:
Hazlo todo por amor
Ayudar a los demás, a algunos nos hace sentir muy bien. Y esto es algo buenísimo. Y está bien hacer el bien porque te gusta. Pero nunca esperes NADA a cambio de tus acciones buenas. NADA. El bien genuino se hace por amor. No se hace para recibir nada a cambio. Hazlo porque quieres, porque te da la gana.

Antes que a nadie, cuidate a ti
No puedes dar bien si tú estás agotado o vacío. Vas a generar un intercambio desde un lugar de agotamiento, de escasez. En situaciones concretas esto puede ser inevitable pero, como norma general, cuida y entrega a las personas desde tu propio bienestar y tu propia plenitud.

No juzgues
No tienes ni idea de lo que lleva a una persona a actuar como actúa en un determinado momento. De las vivencias, experiencias, mecanismos inconscientes, heridas y carencias que hay detrás de una forma de actuar. Aprende a identificar lo que estás o no estás dispuesto a aguantar, conoce tus límites, pero intenta no juzgar a nadie por sus acciones.

No te tomes las acciones de los demás de forma personal
Es más fácil no juzgar, cuando no te tomas personalmente las acciones de otras personas. Cada acción, reacción, o actitud de otra persona, habla mucho más de ella misma, que de ti.

Vive y deja vivir
Los demás tienen todo el derecho a tener sus valores, igual que tú tienes los tuyos. Todos tenemos una historia distinta, hemos nacido en una sociedad determinada, vivido una infancia y experiencia de vida particular. El resto de personas no tienen por qué sentir y pensar como tú.

El amor, la bondad, el actuar libremente desde un lugar de autenticidad… son cualidades del ser. Emergen de dentro. Da todo lo que quieras, en la medida que quieras, y cuida mucho muchísimo de ti mismo. Tú tienes todo el derecho a ser feliz, aunque haya dolor en el mundo… aunque veas dolor. Y tú tienes derecho (y es de valientes, no de ingenuos) a ir de corazón, aunque el mundo, muchas veces, parezca una jungla. La magia es que no todo es una jungla… y que, yendo de corazón, también encontrarás a otros como tú. Decía Joseph Campbell que, ‘si sigues el camino de tu corazón te colocas en una especie de sendero que ha estado allí todo el tiempo, esperándote, y la vida que deberías estar viviendo es la que estás viviendo. Cuando puedas ver eso, empiezas a encontrar gente que está en el camino de tu corazón‘.

Y tú, ¿te atreves a ir de corazón? ¿qué estrategias tienes para no hacerte daño en el proceso? ¿qué aprendizajes has ido haciendo a lo largo de los años? Te espero en los comentarios 🙂

Un fuerte abrazo,

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Artículo originalmente escrito en: https://www.feelandcolor.com/blog/como-ir-de-corazon-en-esta-jungla-llamada-mundo-sin-hacerse-dano/

Clara Orti Llovich
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